- Horas de sueño en autobús.
- Mudanza.
- Habitación llena de maletas.
- Mil lavadoras.
- Frigorífico vacío.
- Montaña de libros para trabajos.
- Lecturas atrasadas.
- Mandar inscripciones.
- Estudiar pasajes.
- Audiciones a la vuelta de la esquina.
- Agobio, agobio, agobio, agobio, agobio, agobio, agobio...
Y esa es la lista pendiente que queda siempre después de las vacaciones. Malditas vacaciones.