Dorothy no siempre llevaba razón. Esta vez las baldosas amarillas no me llevaron al Mago de Oz. No me llevaron a ningún lado. Se perdieron en la negrura de un bosque solitario por el que no pude pasar. Y ahí me quedé. Perdida, mucho más que de costumbre. Sin saber qué hacer. Esperando que los primeros rayos de sol me dieran alguna pista.
Como en el Infierno de Dante: "En mitad del camino de mi vida, me encontré en una senda oscura donde la vía recta era perdida.."
ResponderEliminarEl sol estaba en tus ojos.